Una lluvia muy fina golpea mi cara y resbala por mi piel, a la luz del neón, mientras atravieso un nuevo canal. La oscuridad de la noche se refleja en el agua, que brilla como en los cuadros de Van Gogh.
-Tú eres Rod, ¿verdad?-No quiero problemas ¿vale, tío?-Me dijeron que te encontraría merodeando el Moulin.-Tranquilo, ya me iba… no tengo nada de dinero, tío… -No te pongas nervioso, sólo estoy buscando información… podría recompensarte…
- ¿Quién era? El americano… ¿quién te compró las joyas? ¿fue Johnny Spiegel?
- (…) No. No se llamaba Johnny. Se llamaba Paul, Paul Spiegel.
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