-Soy yo. Ya he perdido la cuenta del número de mensajes que te he dejado. También la de los meses que han pasado sin saber nada de ti. Tengo la sensación de haberte perdido otra vez… y eso me da miedo. Me da igual ya el trabajo. Eres mi hermano, y te necesito.
Cuánto más me acercaba a él, cuánto más conocía de Spiegel, mejor lo comprendía. Comenzaba a sentirme identificado con él. Aquel hombre no merecía lo que le amenazaba. Ahora lo veía claro, debía ayudarle, y sólo había una manera: encontrar a su hermano Paul.